En apariencia las cosas no han cambiado mucho en el terreno político desde el año 2020, sin embargo la realidad es otra. El año 2021 fue un año marcado por las crisis, tanto a nivel regional, nacional y global. A nivel regional se vivieron momentos de gran incertidumbre ante la nueva detención del gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria —y su posterior libertad condicional— al igual que los conflictos del Alcalde de Medellín, Daniel Quintero, por el caso de Hidroituango y el movimiento ciudadano que pidió su revocatoria.
En Colombia las cosas no fueron más sencillas. El país avanzó en vacunación pero siguió sumergido en la pandemia por COVID-19. Además debió enfrentar una de las más fuertes movilizaciones sociales de los últimos años, que no estuvieron exentas de graves hechos vandálicos, que paralizaron prácticamente a todo el país pidiendo cambios sociales, cuando la economía nacional a penas comenzaba a dar signos de reactivación, agravando —además— los contagios por SARS-CoV2 en el territorio nacional.
Mientras tanto el mundo continúa en la discusión sobre si las nuevas variantes de coronavirus requerirán nuevos cierres, más vacunas o mayor alcance. En este momento menos del 10% de la población en África ha recibido por lo menos una dosis de la vacuna, lo que deja abierta la puerta para nuevas mutaciones del virus que, ya es claro, se convertirá en una endemia. Y para aquellos que creyeron que el orden mundial se aplacaría con el cambio de gobierno en Estados Unidos, la realidad llegó a demostrarles que las tensiones geopolíticas pueden seguir incrementándose. A esta hora la OTAN y Rusia, se muestran los dientes en la frontera de Ucrania.
Así pues, nos encontramos ante un panorama que puede parecer similar al de 2020, incluso por los personajes que aparecen a continuación en nuestro listado de GALERÍA POLÍTICA —con los 10 personajes más influyentes en la política antioqueña en el 2021—, pero que está lejos de ser el mismo. Las elecciones legislativas y presidenciales que se avecinan en marzo y en mayo, seguramente lo demostrarán. Los políticos antioqueños que lleguen en esta ocasión al Congreso de la República, deberán enfrentarse a un momento histórico que llama a gritos la reconciliación.
Aníbal Gaviria
El 25 de marzo la fiscalía ordenó, de nuevo, la detención del actual gobernador de Antioquia, por presuntos hechos de corrupción en la celebración del contrato Troncal de la Paz, durante su primer mandato como gobernador de Antioquia en el año 2005. Casi seis meses después, el 27 de septiembre de 2021, la Corte Suprema de Justicia le concedió la libertad condicional, con la que Gaviria retomó labores a la cabeza del departamento.
Su influencia política no ha cesado en Antioquia y Luis Fernando Suárez, su mano derecha, se encargó de mantenerla viva a través de la figura de gobernador encargado, durante el tiempo de su detención domiciliaria. Ahora Gaviria en libertad, tiene el reto de aprovechar la mitad final que le queda de su periodo de gobierno, luego de una pandemia y una detención —que entorpecieron el normal desarrollo de su plan de gobierno—, para echar a andar iniciativas como la Agenda Antioquia 2040 y obras de infraestructura claves para el departamento como Puerto Antioquia e Hidroituango.
Álvaro Uribe
Ya con más de un año de haber renunciado a su curul como Senador de la República, por cuenta del proceso que ahora está en manos del Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Bogotá —por supuesto fraude procesal y soborno en la presunta manipulación de testigos—, Álvaro Uribe sigue siendo uno de los personajes más influyentes en la política regional y nacional, con los amores y odios que despierta su figura.
Es claro que su papel protagónico, ya desde su posición de líder del Centro Democrático y expresidente y no como congresista, es menor. De hecho su partido se ve enfrentado durante las próximas elecciones a una especie de orfandad en la que no aparece ninguna figura política relevante que prometa tomar sus banderas y movilizar un electorado, que ha comenzado a cobrarle el costo de un gobierno con poca favorabilidad, como el de Iván Duque, y del que le quedará bastante difícil desmarcarse en este año electoral.
Sergio Fajardo
En el año 2021 las cosas no fueron fáciles para Sergio Fajardo. Fue acusado por la Fiscalía General de la Nación por los presuntos delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado, a lo que se le sumó el fallo de la Contraloría General de la Nación que lo encontró responsable fiscalmente en el caso Hidroituango. Y aunque este último caso salió bien librado, gracias al anuncio de pago de las aseguradoras del gigantesco proyecto hidroeléctrico, el otro proceso sigue su curso.
Este año que llega, será la prueba de fuego definitiva para Sergio Fajardo y sus aspiraciones presidenciales. Su incipiente burocracia, se mueve en Antioquia en Comfama o las Universidades de Medellín y EAFIT, y a nivel nacional con el apoyo de la facción no petrista de la Alianza Verde. Muy probablemente saldrá elegido como el candidato de la Coalición Centro Esperanza a la Presidencia de la República y, dependiendo de cómo juegue sus cartas y lo favorezcan los vientos de cambio, se quemará de nuevo como candidato a la presidencia —lo que marcará el fin de su carrera a la presidencia— o logrará su anhelado sueño de ser alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia y, ahora sí, presidente de Colombia.
Alejandro Gaviria
El exministro y exrector Alejandro Gaviria, al final sí se lanzó a la carrera presidencial —aunque durante meses insistió en que no la haría— abandonando temporalmente la academia, para navegar en las turbulentas aguas de la política nacional. También abandonó, al menos en principio, al Partido Liberal —del cual se dijo sería su candidato—, luego de una discusión con el líder de la colectividad César Gaviria. Y aunque no parezca mayor el peso de su influencia en la política antioqueña, lo cierto es que su aspiración presidencial frena buena parte de las intenciones de avance entre los líderes políticos liberales antioqueños y el Pacto Histórico en Antioquia, que de no ser por Gaviria, seguramente ya estarían abrazando a Gustavo Petro. Lo cual, claro está no quiere decir que finalmente no lo harán. Ya Luis Pérez y Julián Bedoya estrechan sus brazos con el líder de la Colombia Humana.
Iván Duque Márquez
Ser el Presidente de la República marca una influencia, con bemoles, en todas las regiones del país, incluyendo Antioquia. Sin embargo, el año 2021 fue especialmente significativo para esa influencia sobre el departamento de Antioquia. Primero porque su labor ejecutiva, para conseguir que las aseguradoras finalmente anunciaran que pagarán por las contingencias en el proyecto Hidroituango, destrabó el nudo gordiano en el que se había convertido la terminación de la central hidroeléctrica. Y segundo porque, al parecer, su trabajo diplomático y político terminó por favorecer el ingreso del Grupo Gilinski a las entrañas del Grupo Empresarial Antioqueño, con lo cual soplan vientos de cambio en el departamento y el inicio de una nueva era, en la que el grupo empresarial paisa no será el principal accionista de todas y cada una de sus empresas.
Daniel Quintero
Finalmente el alcalde Daniel Quintero fue víctima de sí mismo. Su inteligencia emocional le permitió jugar magistralmente como candidato a la Alcaldía de Medellín, para llegar al cargo como el alcalde más votado en la historia de la ciudad, pero igualmente le ha llevado a ensartarse en un sinnúmero de peleas en las que no ha logrado priorizar sus enfrentamientos, cazando peleas —que desconocen su rol institucional— con empresas, grupos políticos y personalidades locales y regionales, que han favorecido un clima de crispación social que la ciudad no había experimentado desde tiempos de la guerra contra el narcotráfico.
Su poder local es mayúsculo y sus apoyos burocráticos también. Al cierre de este artículo aún no se sabe si la revocatoria de su mandato va o no va, pero seguro tendrá como mover miles de votos a su favor. El mandatario medellinense ha dicho que de darse la jornada revocatoria, será la más hermosa campaña de refrendación de su mandato, pero es claro el temor que le genera la sola posibilidad de ser el primer alcalde de una ciudad capital en Colombia, en ser revocado de su cargo. Por lo que ha echado mano de toda suerte de recursos jurídicos y políticos para dilatar el proceso, con el fin de que no se llame a las urnas a la ciudadanía. Gane o pierda Quintero, se dé o no se dé la revocatoria, lo cierto es que Medellín ya perdió. Tardará años en recuperarse la confianza institucional.
Juan Diego Gómez
Elegido con 93 de 101 votos, como nuevo presidente del Congreso de Colombia durante el año legislativo que va de julio de 2021 hasta julio de 2022 —lo que muestra el poder de la coalición del gobierno para mover sus fichas en el Congreso—, el senador antioqueño y actual presidente del Senado de la República, sigue mostrando una poderosa influencia sobre parte importante del electorado antioqueño y colombiano. Influencia que seguramente se verá reflejada en las elecciones de este año, en las que aspira a fortalecer la presencia de sus fichas clave en el futuro Congreso de la República con Nicolás Echeverry y Felipe Jiménez Vargas, de su grupo político Conservadores de Vida.
Carlos Andrés Trujillo
Antes de ser alcalde de Itagüí ya había sido concejal del mismo municipio y diputado del departamento de Antioquia. Durante los primeros días del gobierno del alcalde Daniel Quintero, se rumoró que Trujillo cobraría su supuesto apoyo a la campaña del nuevo alcalde de Medellín, a través de la cabeza del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Sin embargo su actual director, Juan David Palacio, haría parte de los afectos políticos de Miguel Andrés Quintero, hermano del alcalde Daniel Quintero y exconcejal de la ciudad, y no directamente de Trujillo. Empero, Trujillo cuenta con una poderosa influencia en la Alcaldía de Itagüí, en la Asamblea de Antioquia y el Concejo de Medellín, cuya maquinaria electoral indudablemente le podrá de nuevo muy cerca de regresar al Congreso de la República, ahora con un fortín electoral que se expande a zonas que van más allá del sur del Valle de Aburrá.
Iván Darío Agudelo
Otro de los congresistas que ganó con el triunfo de Daniel Quintero, esta vez desde el partido liberal, fue Iván Darío Agudelo. Reconocido por ser el ponente del proyecto que dio origen al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia y por su labor legislativa defendiendo los acuerdos del partido que hoy comanda César Gaviria. Su poder electoral trasciende claramente las fronteras de la ciudad de Medellín y se enmarca en todo el departamento de Antioquia. No es gratuito que hubiera sonado como uno de los posibles candidatos a suceder a Aníbal Gaviria en la Gobernación de Antioquia ante la eventualidad de un fallo adverso a Aníbal Gaviria que hubiese dado lugar a unas nuevas elecciones departamentales. Y aunque rompió relaciones con el importante grupo político de la Universidad de Medellín, ahora comandada por Federico Restrepo —del grupo político de Sergio Fajardo—, probablemente regresará al Senado de la República con la opinión y maquinaria política que ha construido durante todos estos años.
Paola Holguín
La senadora Paola Holguín sueña con ser presidente de Colombia. No es un secreto, lo ha revelado en numerosas entrevistas. Sin embargo ese sueño no le ha impedido jugársela con pragmatismo por candidatos como Óscar Iván Zuluaga a la presidencia de la República por el Centro Democrático. Fue de las primeras figuras del partido de gobierno en declinar su aspiración presidencial en aras de sumar fuerzas para Zuluaga, a quien —dicho sea de paso— parece quedarle muy poco de la fuerza electoral que lo llevó a ganar la primera vuelta presidencial en las elecciones de 2014 contra Juan Manuel Santos. La apuesta presidencial de la senadora Holguín está en veremos pero no así su poder e influencia política en Antioquia donde sigue comandando el poder, y su burocracia, en municipios claves del departamento.