El fallo de La Haya, que dejó con 75.000 kilómetros menos de mar en el Caribe al país, se creyó que perjudicaría solo a los pescadores artesanales. Sin embargo, ya cobró su primera víctima grande. Se trata de Antillana, la empresa pesquera más grande de San Andrés.
La compañía, que se dedicaba a la pesca, cultivo, procesamiento industrial y comercialización de pescados y mariscos, anunció su cierre debido a la insostenibilidad económica de la industria tras la pérdida de la principal área marítima donde recolectaba gran parte de sus productos.
Según Luci Álvarez, gerente de la empresa, «el fallo (de la Corte Internacional de Justicia de La Haya) tuvo repercusiones directas contra la actividad que desarrollamos. Parte de las aguas que se perdieron son donde están ubicados los sitios estratégicos de la pesca mundial».
Explicó además que el volumen de langosta y pescado que han recogido en los últimos meses no ha sido suficiente y las pérdidas son millonarias.
Antillana, manejaba cerca de un 95 por ciento del comercio de langosta de la isla. Tras su cierre, unas 280 personas, testigos del cambio en la producción en los últimos seis meses, quedarán sin empleo.
Al respecto, el representante a la Cámara por el archipiélago, Jack Housni Jaller se mostró preocupado por la situación que describió como «grave». «Hay 30 familias que dependen directamente de esta empresa además de los pescadores y las madres cabeza de familias vinculadas».
«Esta es solamente la punta del iceberg de algo que Colombia no ha podido comprender. El impacto económico de lo que se perdió solo se puede medir a largo plazo y va a ser incalculable porque a medida que pasen los años el valor va a aumentar de manera impresionante», agregó Housni.
Fuente: ElColombiano.com